A pesar de que en muchas ocasiones no somos conscientes de cómo se materializa en nuestra rutina diaria, las instituciones, sobre todo a nivel europeo, hacen una labor inmensa y que repercute en nuestra vida de forma directa.
Es lo que ocurrió el pasado 14 de Octubre, cuando la UE publicó su nueva estrategia para la mejora de la eficiencia energética centrada, sobre todo, en la renovación de edificios. Llamaron a la propuesta ‘Renovation Wave’, Oleada de Renovación, y aborda tres objetivos cruciales: la creación de empleo, la reducción de emisiones de CO2 y la disminución de la pobreza energética.
Tal y como declaró el vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans,
‘La oleada de renovación mejorará los lugares en los que trabajamos, vivimos y estudiamos, reduciendo al mismo tiempo nuestro impacto sobre el medio ambiente y ofreciendo empleo a miles de europeos.’
1 Creación de empleo
Una de las repercusiones más directas y evidentes para nosotros será ver cómo surgen nuevas oportunidades laborales. Por un lado, la Oleada de Renovación fomenta la creación de empleo tras la crisis provocada por la Covid. La reforma ecológica de edificios es uno de los pilares sobre los que se sostendrá el crecimiento económico después de la pandemia. La Oleada de Renovación creará miles de puestos de trabajo directos y otros cientos de miles indirectos. Desde peones de obra a empresas especializadas en construcción sostenible, reformas eco-friendly, ingenieros, arquitectos, urbanistas, economistas, electricistas especializados en energías renovables, interioristas o formadores que aumenten el número de especialistas en eficiencia energética. Muchas personas anónimas se beneficiarán de este plan maestro de la Unión Europea a la vez que ayuda a sacarlo adelante.
2 Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero
La reforma de edificios para que sean más eficientes, es crucial para acercar a Europa a la consecución del objetivo de que sea climáticamente neutra para el 2050. La descarbonización de la calefacción y la refrigeración, la mejora del aislamiento y el fomento de la digitalización y la aplicación de nuevas tecnologías en los edificios menos eficientes, serán clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los datos están sobre la mesa: Los edificios son responsables de, aproximadamente, el 40% del consumo energético de la UE y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto supone millones de toneladas de CO2 lanzados a la atmósfera anualmente.
En la actualidad, solamente el 1% de los edificios se renueva cada año de manera eficiente desde el punto de vista energético. Teniendo en cuenta que el 85% de los edificios de la UE se construyeron hace más de 20 años, el cálculo para la Comisión Europea ha sido relativamente sencillo: Si sabemos que hay un agujero económico y ecológico en los edificios, ¿por qué no invertir en rehabilitaciones?
La Unión Europea ya ha dedicado millones de euros de inversión en sus países miembros para que se lleven a cabo profundas reformas en materia de construcción sostenible, eficiente y energéticamente ecológica.
El 2030, la primera fronteras que propone la Comisión para conseguir el objetivo de que Europa sea climáticamente neutra para el 2050. Puede parecer una fecha algo lejana, pero si tenemos en cuenta que las primeras inversiones que lanza la Comisión son créditos a Estados, y que cada estado miembro debe presentar un plan ecológico con el que implementar la transformación, el 2035, está a la vuelta de la esquina.
3 Lucha contra la pobreza energética
Las viviendas más reducirán los costes de las facturas energéticas. De esta forma, se consigue disminuir la pobreza energética en los hogares más vulnerables y se mejora la calidad de vida de las personas, que disfrutarán de edificios más confortables y modernos.
Una reestructuración de la normativa legal
A nivel público y local existen muchas ciudades que, hace una década, ya apostaron por un futuro moderno y sostenible. Un claro ejemplo de ello es Barcelona y su 22@. Sin embargo, la financiación pública debe complementarse con la financiación privada. Deben existir empresas especializadas y con formación que puedan ayudar a consolidar el sector. La estrategia de la comisión es poner en marcha medidas para reducir el riesgo de la inversión en eficiencia energética. El programa InvestEU, por ejemplo, ofrece garantías de que, a través del presupuesto de la UE, se utilizará para apoyar la renovación de edificios.
Para asegurar que la inversión se realizará de forma correcta, el plan de acción irá acompañado de una reestructuración de la normativa legal que actualmente existe en cuanto a eficiencia energética y a renovación de edificios. En la actualidad, la ley nos obliga a tener un documento realizado y firmado por un técnico competente conocido como ‘certificado energético’ si queremos vender o alquilar un inmueble. Este certificado recibe una calificación (que va desde la A hasta la G). Sin embargo, hasta ahora, la ley no obliga a que este certificado sea positivo, esto es, a que nuestra vivienda tenga una baja demanda energética.
En este punto, la Unión Europea actualizará las exigencias para los certificados de eficiencia energética y, de forma gradual, se introducirán normas mínimas de obligado cumplimiento para los edificios existentes. Gracias a esta normativa, no solamente será recomendable realizar una reforma para mejorar la eficiencia de nuestras viviendas, sino que, en muchos casos, será necesario para que podamos darle ciertos usos y para que no se devalúe en el mercado.
Un futuro prometedor para España
El futuro se vuelve verde a un ritmo acelerado. En parte, tal vez ha ocurrido porque, debido a la situación de pandemia global, hemos detectado ciertas necesidades de una manera mucho más rápida y, por qué no decirlo, forzada, de lo que habría cabido esperar.
Algunos países, como es el caso de España, que actualmente cuenta con una infraestructura bastante consolidada de renovables, pueden convertirse en una de las principales potencias energéticas de Europa si ejecutan los planes con acierto. Afortunadamente, nuestro país no es tan dependientes como otros de la energía nuclear o del carbón y contamos con todos los elementos naturales para generar energía de forma permanente, ilimitada y gratuita, por lo que nos podremos convertir, en un futuro, en exportadores de energía.
Este octubre ha marcado un hito en la historia energética Europea. El plan del a Unión Europea hace más que evidente por dónde discurrirán los próximos años, y muestra un horizonte bien definidos que engloba la transformación digital, económica y social, acompañada de una profunda reforma legal.
Una apuesta de futuro que debemos aprovechar para salir de esta crisis más verdes y, ¿quién dice que no es posible? mucho más fuertes y mejores.